Aún no sé si encontré al amor de mi vida. He tropezado con unos tipos de los que me enamoré perdidamente pero de los que no quedó nada (bueno, dos amistades maravillosas) y con uno que simplemente llegó y se incorporó a mi vida como si su rincón siempre hubiera estado allí. Con este último me casé, más por cuestiones de burocracia que por convencimiento, pero la idea y la vida de casados ha resultado ser mejor de lo que esperábamos.
Así que creo tener razón pensando que ya sobrepasé el punto de quiebre que sugiere donia Bestiaria (encantador hallazgo del día de hoy) en este post . Apenas alcancé a llegar a 48. Hasta ahora no he tenido coche propio ni tripas para robarle el novio/marido a nadie. Se valdrán otras que no estén sugeridas en la lista?
Saturday, April 22, 2006
Tuesday, April 11, 2006
Postales y souvenirs
Cuando yo me compro alguna postal o souvenir es para echarlo en un cajón, abrir éste una vez cada 2500 anios, ver el contenido y recordar cuando estuve en el sitio homenajeado. Ve, pero la torre que se ve ahí la estaban remodelando cuando yo fui, la foto de la postal la tomaron el único día del anio que sale el sol en ese pueblo, etc. etc... Generalmente me es posible establecer algún vínculo entre el recuerdo mental y su evidencia, la chuchería comprada.
Cuando reviso las postales mentales de mis estados de ánimo, me cuesta trabajo asociar la evidencia con el recuerdo. Me parece casi que imposible que alguna vez haya podido experimentar tanta dicha o tanta tristeza. Es un poco como un recuerdo ajeno.
Cuando reviso las postales mentales de mis estados de ánimo, me cuesta trabajo asociar la evidencia con el recuerdo. Me parece casi que imposible que alguna vez haya podido experimentar tanta dicha o tanta tristeza. Es un poco como un recuerdo ajeno.
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