Estoy buscando un icono para mi presencia bloggeril. Había preparado una foto mía que me gusta mucho, pero como siempre, mi límite de conocimiento de estas nuevas tecnologías es bastante limitado, por lo que no es de asombrarse que no haya sido capaz de colgar la bendita foto en algún lado en internet. Así que si sigo esperando a que yo tenga el tiempo y las ganas de ponerme juiciosa a ver cómo, pues me darán las 1500 y ya me mamé de no tener rostro. Así que pongamos una foto de otra cosa.
-De cuál?
-mmmmm, bueno, de un bicho, por ejemplo.
-Ah, sí, buena idea! Pero de cuál?
-mmmhhhh, bueno, veamos.... con qué bicho me sentiría identificada en este momento... pienso en una vaca y no, no me parece que esté tan rumiante ni tan tonta.
-Un caballo?? no, un caballo es demasiado elegante e inútil y tan glamorosmente no transcurre mi vida... me gustan los camaleones, pero no me siento camuflada con trucos sino muy bien adaptada... más bien me siento modesta, un poco inútil pero tampoco tan ociosa... como por ejemplo un pato. Los patos son robustos. No son puercos como las palomas, son graciosos. Son fieles. Pato y pata hasta siempre comandante. Así como me pasa a mí últimamente.
VIVA EL PATO
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