Mi papá estaba muy tierno y muy amable. Tanto, que sentía la necesidad de dejar a mi mamá sola en la cocina para ir a sentarme a su lado.
Por fin, un suenio con mi padre.
Friday, December 16, 2005
Friday, December 02, 2005
Necesidad de un velorionón - Incluso hasta de cambio de razón social
Como resulta tan cómodo tomar palabras y post prestados, sobre todo si me tocan las fibras íntimas, pues en esta ocasión le cedo la palabra a Noemí y tomo esta atinada reflexión de su blog:
Pues sí. Precisamente para eso puse este blog, pero lo que yo comparé con la basura que don Luis echaba en la caja, es revelado por esta psicoterapeuta como "cargas mortuorias". Me gusta más esa figura. Así que a partir de ahora esto debiera llamarse "El cajón mortuorio" y ya no más "La caja de don Luis". O mejor aún:
"Casa de velación y crematorio para los bien idos y mal recordados".
(Sin el bar "La última lágrima" al lado).
Por lo pronto, voy a comenzar con los preparativos para una velación colectiva de tanto hijueputa muerto que me camina entre las neuronas y los recuerdos. A ver si esta limpieza me funciona. Después pensaré en la instalación de las puerticas que propone Noemí.
El muerto dentro del vivo
Es todo un problema: estás vivo, pero lleno de muertos. La amiga que se enojó contigo y ya no te habla, la pareja que después de hacer contigo el amor durante un año ya no te escribe ni siquiera un mail de cortesía, la blusa favorita que se te manchó y tiraste a la basura, el trabajo que perdiste,… ya sabes que la lista es absolutamente interminable. Tenemos muertitos y muertotes enredados con nuestras células vivas. Repito: qué problema. Respiramos tanta muerte entre tanta vida, que nos sentimos intoxicados. Por eso nos “salen” suspiros, dolores de pecho, retortijones, migrañas, urticarias, colitis y cistitis. Vé nada mas en que se convierten los muertos no excretados. Debería haber una bolsita en el cuerpo para guardar deshechos mortuorios y una puertita que se abriera cada mes y así como sale la menstruación se expulsara del cuerpo de hombres y mujeres la muerte acumulada. No?
Pues sí. Precisamente para eso puse este blog, pero lo que yo comparé con la basura que don Luis echaba en la caja, es revelado por esta psicoterapeuta como "cargas mortuorias". Me gusta más esa figura. Así que a partir de ahora esto debiera llamarse "El cajón mortuorio" y ya no más "La caja de don Luis". O mejor aún:
"Casa de velación y crematorio para los bien idos y mal recordados".
(Sin el bar "La última lágrima" al lado).
Por lo pronto, voy a comenzar con los preparativos para una velación colectiva de tanto hijueputa muerto que me camina entre las neuronas y los recuerdos. A ver si esta limpieza me funciona. Después pensaré en la instalación de las puerticas que propone Noemí.
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